sábado, 16 de abril de 2011
Soy mi doble, mi tercer ojo por Aldo Prieto
Recientemente adquirí el poder de saber qué pasa cuando no me doy cuenta de lo que pasa. La cosa fue retroactiva y me vinieron espeluznantes memorias: mientras de pequeño yo jugaba, mis padres se peleaban a muerte. En casi todos mis exámenes de ciencias, Julián me copiaba. Luci, a quien nunca me animé a decirle que me gustaba, me miraba en secreto. Vi quién me robó la billetera en el autobús hace dos años. Mi vecina viuda suspiró ayer al mirar por fuera de mi ventana.
Soy mi doble, mi tercer ojo, mi propio ángel de la guarda y una cámara de video que me toma de frente. Pero tal como se odia al fisgón y al paparazzo, ya me estoy odiando a mí mismo. Lo malo es que nadie me paga, ni me excito. Así que más vale que alguien planee mi muerte pronto, y que yo me haga tonto, porque desgraciadamente me daré cuenta de quién será, cuándo y cómo.
Tutifruti, tutiflori [Racimo de brevedades]. de Al Gravitar Rotando
. De volver a ser sería lo que soy, pero hecha el alma actual desde el mismísimo nacimiento; así la altura del espíritu quizá lograría acercarse a la talla del pellejo que insiste en su holgura. (Rossana Camarena)
. Yo soy la princesa de mi palacio de hierro. (Ada Erika Figueroa)
. La gallina carga a cuestas a su gallo de los huevos de oro. (Margarita Oroz)
. Donde hubo fuego ficheras quedan. (Nancy Estrada)
. Página en blanco es mi corazón. Lágrimas negras la manchan, porque ya estaba escrito que esta noche perdiera su amor. (Mónica García)
. Desolado sin olas y sin sol bajo un diluvio ignorante y frío. (Rossana Camarena)
. La primavera me pone de un color jacaranda que no puedo ocultar. (Ada Erika Figueroa)
. Sin ton ni son, ni fu ni fa, ni tú ni yo. (Margarita Oroz)
. Sigue el ojo por ojo y tendrás dos tuertos chimuelos deshojándose como margaritas. (Rossana Camarena)
. Soy de esas mujeres que besan y tiemblan; después de un “vuelve a la vida” tantito menos.
(Ada Erika Figueroa)
. Ese amor fue llamarada de tapete. (Nancy Estrada)
. Yo soy la princesa de mi palacio de hierro. (Ada Erika Figueroa)
. La gallina carga a cuestas a su gallo de los huevos de oro. (Margarita Oroz)
. Donde hubo fuego ficheras quedan. (Nancy Estrada)
. Página en blanco es mi corazón. Lágrimas negras la manchan, porque ya estaba escrito que esta noche perdiera su amor. (Mónica García)
. Desolado sin olas y sin sol bajo un diluvio ignorante y frío. (Rossana Camarena)
. La primavera me pone de un color jacaranda que no puedo ocultar. (Ada Erika Figueroa)
. Sin ton ni son, ni fu ni fa, ni tú ni yo. (Margarita Oroz)
. Sigue el ojo por ojo y tendrás dos tuertos chimuelos deshojándose como margaritas. (Rossana Camarena)
. Soy de esas mujeres que besan y tiemblan; después de un “vuelve a la vida” tantito menos.
(Ada Erika Figueroa)
. Ese amor fue llamarada de tapete. (Nancy Estrada)
El biznagero
En Málaga un hombre toma las calles a diario para enamorar al mundo. Es un experto.
Cada mañana sale en busca de las más trepadoras simétricas, aromáticas, y completas. Busca también entre las silvestres, las antiguas, las modernas. Las de ser simples, o a veces de forma compleja pero eso sí, cóncavas y profundas para poder lanzarlas vertiginosamente.
Siempre ha sabido que es un hombre que se enamora de una situación, sobre todo si es dramática y estética, ya que no puede controlar los instintos de su corazón romántico. Día a día es víctima de las insinuaciones de todas y atrapado por su deseo intenso de encontrar la más dulce con el más intenso aroma a amor.
Para llevarlas a buscar sombrillitas. Como cada una de sus amantes, no tolera el exceso de calor en invierno. No siempre quiere cazar a la luz del día, el olor se hace más potente al anochecer, igual que su goce por tomarlas entre sus manos e incustrarlas y pincharlas para brotarles ese olor que le electrifica cada poro del cuerpo.
Encuentra en abundancia las que van vestidas de blanco, las de amarillo, pero busca y busca a las de negro, las sensuales, las sexuales. Son de difícil trato.
Pero las encuentra. Y antes de que pasen dos horas puede cogerlas y hacerlas biznagas malagueñas, declarándoles la sentencia de que su serena manera de ser es sólo una farsa y realmente todas estan tan locas como su afán de querer conquistar a cada hombre que pueda descubrir su significado en cada ramillete.
Cada mañana sale en busca de las más trepadoras simétricas, aromáticas, y completas. Busca también entre las silvestres, las antiguas, las modernas. Las de ser simples, o a veces de forma compleja pero eso sí, cóncavas y profundas para poder lanzarlas vertiginosamente.
Siempre ha sabido que es un hombre que se enamora de una situación, sobre todo si es dramática y estética, ya que no puede controlar los instintos de su corazón romántico. Día a día es víctima de las insinuaciones de todas y atrapado por su deseo intenso de encontrar la más dulce con el más intenso aroma a amor.
Para llevarlas a buscar sombrillitas. Como cada una de sus amantes, no tolera el exceso de calor en invierno. No siempre quiere cazar a la luz del día, el olor se hace más potente al anochecer, igual que su goce por tomarlas entre sus manos e incustrarlas y pincharlas para brotarles ese olor que le electrifica cada poro del cuerpo.
Encuentra en abundancia las que van vestidas de blanco, las de amarillo, pero busca y busca a las de negro, las sensuales, las sexuales. Son de difícil trato.
Pero las encuentra. Y antes de que pasen dos horas puede cogerlas y hacerlas biznagas malagueñas, declarándoles la sentencia de que su serena manera de ser es sólo una farsa y realmente todas estan tan locas como su afán de querer conquistar a cada hombre que pueda descubrir su significado en cada ramillete.
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